LA NUEVA ERA

LA NUEVA ERA

Por Pedro Fleitas Gonzàlez

Las conexiones cosmos-telùricas son demasiados importantes para dejarlas rezagadas en una buhardilla sin sentido. Los ejemplos de las tribus, a las cuales nos atrevemos a llamar primitivas sin pararnos a pensar que tenemos un desencaje en el tiempo al hacerlo que, ciertamente, es hipocalòrico e hipo-nutriente.

Ayer tuve la fuerte sensaciòn de que fue el inicio de una nueva era. Es evidente y obvio que es una sensaciòn personal sin implicaciones colectivas. Hatsumi Sensei relatò en un momento partes de su intensa vida que nos llevò a su etapa infantil y juvenil. Detalles de como construyò su primer instrumento musical, o sus pràcticas con diversos mentores en la pintura.

Ayer no fue una fiesta, en el sentido literal de la palabra. Fue una clase Magistral sobre la vida y las artes marciales. En sus discursos espontaneos no había ni un gesto desperdiciable. Nos diò las claves, a cada uno las suyas.

Haciendo una foto panòramica hay cosas que son muy claras a simple vista y otras muchas màs a vista de pàjaro. Un anàlisis profundo te podría convertir en un filosofo celebre o en un ser hospedado en la locura. Ante la duda mejor no hacerlo o quizàs si?

Siempre en la condiciòn humana ha existido la duda, intrinsicamente poderosa cuando impregnada de buena salud està. No así si la duda està enferma.

Maestro SOLO HAY UNO, su nombre Hatsumi Sensei. Los demàs somos aprendices de pupilos, es decir ni siquiera pupilos.

Los cambios de ERA son solidarios con las necesidades del planeta. Existen soñadores cuyo fin ultimo es optimizar sus deseos mas allà de los medios.aùn así tambièn existen  VISIONARIOS. Tengo la inmensa suerte de conocer a UNO de ellos. Un ser adelantado a su tiempo y en continua consonancia con el Universo. 

Quebrantando las leyes de la dicotomía, tiene su morada ni siquiera en el UNO, como escribiò Lao Tze, sino en el CERO, donde hay vida sin existir polaridad.

Todos les deseamos a Hatsumi Sensei una larga vida llena de bienestar y salud. Pido a los kami la fuerza suficiente para llevar adelante la misiòn encomendada.

Un abrazo

Pedro Fleitas Gonzàlez

De camino al aeropuerto de Narita, en Tokyo