TRISTEZA Y ALEGRÍA DE IDA Y VUELTA

TRISTEZA Y ALEGRÍA DE IDA Y VUELTA
Tener a mis dos familias a más de 10.000 kilómetros me hace encontrarme en algunas ocasiones en lo que me gusta denominar tristeza y alegría de ida y vuelta. Aunque a veces es más bien una añoranza de ida y vuelta que me hace despertar los sentimientos más sutiles. Mi padre, 92 años y mi maestro con 83 años, es una situación propia de la vida y como ya sabemos cada uno la vive de una forma diferente.
Yo la vivo como un viaje de ida y vuelta, lleno de emociones intensas, caricias ocultas y amor incontrolable hacia ellos.
Sigo aprovechando hasta el último momento en las mejores e invisibles condiciones que solo pueden ser interpretadas por uno mismo. Tenemos que aprender a actuar de forma individual y aunque la socialización parece ser que tuvo su origen en la protección de las crías de la especie, abogo por la capacidad propia que debe tener un practicante de Nin-pô de actuar en silencio, en su propia sombra y solo. Con el fin de proteger a las crías, que no deja de ser un acto de protección social.
Un abrazo
Pedro